29 de septiembre
Santos Arcángeles
Ap 12, 7-12 Y no amaron tanto su vida que temieran la muerte
Vida y muerte son un asunto serio, Señor; aferrarse a la vida impide la muerte y la vida verdadera; negar la muerte impide la vida verdadera; renunciar a la vida y a la muerte impide vivir en ti, crucificado, muerto y resucitado. Señor de mis amores, ¿dónde está la vida, dónde está la muerte sino en ti? ¿Dónde sino en el silencio y en el vacío que todo lo llena?
Yo te doy gracias por el día de vida, intento aprovecharlo al máximo.
Ahora el Dueño de mis días eres Tú. Mi gran anhelo es estar con mi corazón preparado para el día del encuentro. Sé que en la vida y en la muerte soy tuya.
Todo estalla cuando te veo mirándome