4 de febrero
Viernes IV
Hb 13, 1-8 Conservad el amor fraterno y no olvidéis la hospitalidad
Comunión fraterna en tantas comunidades religiosas, signo de comunión en un mundo lacerado por las guerras y discordias. Hospitalidad de quien acoge a quien viene casado y agobiado, a quien tiene hambre, a quien no tiene techo, a quien es perseguido, al inmigrante, al enfermo, al que no sabe. Signos de comunión por la comunión de la que tú nos haces participar por tu Trinidad de amor.
La carta a los Hebreos nos recuerda algo importante: acuérdense de los presos, de los que sufren «pues ustedes también viven en un cuerpo» y por tanto todos podemos olvidarnos de nuestros hermanos y dejarnos arrastrar por absurdas promesas y por “el qué dirán” acabando así por cortarle la cabeza a Juan, a la verdad.
Señor, ésta llamada a la hospitalidad, amor fraterno, solidaridad y entrega, es común para todos los cristianos. Así Señor,que yo te pido tu gracia, para saber hacer realidad tú Palabra