Vida consagrada II

3 de febrero
Miércoles IV

Mc 6, 1-6 No desprecian a un profeta más que en su tierra

Parece que estamos condenados, Señor, a menospreciar o despreciar a las personas que se nos presentan en tu nombre, que sirven a la Iglesia con toda la generosidad de la que son  capaces. Que desprecie tu sociedad a tus enviados, es malo. Peor es que dentro de la Iglesia menospreciemos, o ignoremos, a los que también vienen en tu nombre. Aunque sean diferentes a mí. Perdónanos, Señor.

02.03

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.

Un comentario en “Vida consagrada II”

  1. Amigo Luis.

    El no saber reconocer a los enviados de Jesús, es porque nos creemos llenos de todo¡¡Nada más lejos de la realidad!! Sin Ellos que son sus representantes en la tierra,nos cuesta ver el Camino,el sentido de la vida. Creemos que tienen que ser ángeles, y miramos más lo externo que su corazón y su mensaje. Rezo por sus vidas y que sean santos ante Dios y los hombres.

    ¡¡Jesús no ha sido profeta en su tierra,ya que los hombres no supieron ver la grandeza del Amor que nos trajo!!

    Un saludo Josefa

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