Verdea con cizaña

27 de julio
Sábado XVI

Mt 13, 24-30 Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña

Pongo en tus manos, Señor, mi corazón, el campo de tu trigo y mi cizaña. Se me bendecido por ti, regalado por ti, agraciado por ti, espigado para ti. Se me también lleno de la cizaña de mi sensualidad en el deseo, en la mirada, en lo que me separa de ti. Pero tú me mantienes en tus delicias, y me vences.

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.