19 de julio
Domingo XVI
Mc 6, 30-34 Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco
Tú en verdes praderas me haces recostar; tú reparas mi fuerzas; tú, el descanso del alma mía; tu mi prado de verduras, de flores esmaltado; tú mi lecho florido, en cueva de leones esmaltado; en la soledad de amor herido me das tu mosto sabroso, en la soledad de amor herido. Vemos una multitud que anda como ovejas sin pastor, sientes lástima, me llevas a ti en ellos. Hazme instrumento tuyo.
Tú, Señor, me invitas a descansar en ti, a reposar en tus verdes praderas. Y allí acudo cuando el cansancio no me deja caminar, cuando el miedo me paraliza, cuando la soledad no me deja respirar. Allí descanso, allí te escucho, allí me dejo acariciar por tu mano siempre amorosa. Tus verdes praderas, tus fuentes manando agua fresca, tus flores convertidas en palabras… Todo ello es mi descanso. todo ello es mi alimento para poder continuar.
Hoy descanso en ti.
¡¡Gracias Señor por incluirme en tu Rebaño!! Nos cuidas, sientes compasión por todos, me siento llena de gozo de pertenecer a Tú grey.