Lunes XXV
20 de septiembre
Pr 3, 27-34 No niegues un favor a quien lo necesita, si está en tu mano
Abrirme a las necesidades de los demás, Señor. Estar atento, despierto, con los ojos y el corazón abierto a las necesidades de los que me rodean, de los hombres y mujeres de nuestro mundo. Contemplando el mundo viste las necesidades de la humanidad y dijiste en el seno de la Trinidad: “Hagamos redención”, llevemos salvación. Así comienza la encarnación. Que se hace detalle cada día con los más cercanos. Que transmita siempre tu salvación.
Señor, has que mis hermanos sean para mi tu viva persona.
No puedo decir que te Amo, sino me doy por entero a los demás.
si ni amo desinteresadamente ni ayudo desinteresadamente al que tengo a mi lado…¿cómo puedo decir:Dios mio,cuanto te amo? si no puedo verte…
Señor,ayudame a verte en toda persona que pase por mi lado,ayudame a servirte ayudando a los demás,ayúdame a ser un pequeño reflejo tuyo…