10 de diciembre
Lunes II de adviento
Is 31, 1-10 Florecerá como flor de narciso
El desierto y el yermo se regocijarán, como se regocija mi corazón de piedra cuando has empezado de derretirlo. Y mi aridez, tan reseca, encallecida por el paso del tiempo y del pecado, inesperadamente, mediado ya el camino de la vida, se abierto en llaga florecida, bendita herida, tan dolorosa, que mereció tal redentor. Florecido como flor de narciso, jacinto oloroso, jazmín intenso, azahar de promesas, rosa temprana, lavanda en estío, romero de resurrección.
En el corazón del justo no hay lugar para la mentira
Lc 12, 17-26