9 de mayo
Jueves VI de Pascua
Jn 16, 16-20 Vuestra tristeza se convertirá en alegría
Pongo en tus manos, Señor, toda la tristeza del mundo. Sus fuentes, sus manantiales, sus caudales, sus torrentes, sus cataratas, sus espesuras, sus nieblas, sus oscuridades, sus desesperaciones, sus frustraciones, sus angustias, sus dolores, sus debilidades, sus miedos, sus suspiros, sus muertes. Toda la tristeza del mundo que es oprimido y sin saberlo tiene sed de ti. Convierte su tristeza en alegría, su luto en danza, su llanto en consuelo sin fin. Por tu misericordia.
Te esperaré mientras exista el viento.
Bajo la sombra de los árboles murmuraré tu nombre y bajo las nubes acariciaré tus lomas mientras mis ojos reposan en ti.
Es gratificante mirar la vida con esa perceptiva.
Saber que todos los sinsabores, penas , desaliento, si permanezco unida a Ti, tienen otro sentido y se convierten en gozo, sabiendo que vale la pena la alegría final