16 de septiembre
Lunes XXIV
Tim 2, 1-8 Dios quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad
Esta es la realidad que transforma nuestra vida y nuestra historia: te haces presente en medio de nosotros y nos ofreces tu salvación, tu bendición, tu liberación. Recibimos de ti todo lo que necesitamos para ser, y ser en ti en plenitud. En todo momento, en toda circunstancia, en toda existencia estás tú y nos acompañas. Tú eres mi fuerza y mi escudo, en ti confía mi corazón. Que tu misericordia siga llegando sobre nosotros como lo esperamos de ti.
Con éste ofrecimiento, y estas guías de vida, somos muy afortunados. Por lo menos así me siento yo. Agradecerte siempre es poco, lo que más me mueve es seguir tras tus huellas, reconociendo mis flaquezas, pero nunca dejo de confiar en tu Misericordia.