19 de mayo
Martes VII de pascua
Jn 17, 1-11 Todo lo mío es tuyo
Todo lo mío es tuyo, y lo tuyo es mío. Pues sin ti nada soy. La existencia la recibo cada día de ti. Tú eres mi consistencia, mi origen, mi destino. Tuya la gloria y el poder. A tiendo sin descanso. A ti aspiro. Te anhelo. Te sueño. Me regalas tú la realidad, que es tuya, pues el universo está en tus manos. Todo tuyo, todo en ti, todo mi ser bañado en tu ser de eternidad.
Soltar
hasta caer extenuada en tu amor
Todo lo mío es tuyo. Señor, el aire que llena mis pulmones, la fuerza que me hace caminar, el agua que bebo, el pan que como. Todo lo mío es tuyo porque todo está lleno de ti, de tu Palabra, de tu ejemplo, de tu vida. Todo lo mío es tuyo, tuya es mi sonrisa, tuyas son mis manos y mis pies, tuyos son mis ojos, tuyo es lo que hago y lo que hablo, tuyo es mi camino y las zapatillas con las que le ando. Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío. Tuyo soy.