28 de septiembre
Viernes XXV
Ecl 3, 1-11 Todo tiene su tiempo y sazón bajo el sol.
Tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de desechar; tiempo de callar, tiempo de hablar. Todo el tiempo está en ti como en una gavilla. ¿A qué viene querer dominar el tiempo, como si dominase todo lo creado? ¿En dónde nade mi arrogancia, mi creerme como Dios? Tú tienes calculadas mis horas, antes de que llegase la primera. Házmelo saber, Señor de la misericordia.
Tú, nos das el tiempo necesario para que lo aprovechemos.
Sé que no debo andarme por las ramas, ni dejar para otro día lo que debo hacer hoy, quizás mis días terminen hoy.
Te ruego que me hagas consciente para aprovechar mi tiempo al máximo, no es mío te pertenece, y no quiero vivir lo en vano.