Tempestad

2 de julio
Martes XIII

Mt 8, 23 ¡Señor, sálvanos que perecemos!

Este el grito sincero que se hace oración. Perecemos en tu Iglesia cuando somos autoreferenciales, cuando no servimos, cuando no damos la vida por ti y por el evangelio, cuando no somos testigos de la alegría del evangelio, cuando nos alejamos de ti. Perece nuestra vida religiosa cuando no te hacemos único centro de nuestra vida y nos contentamos con amores sucedáneos. Perecen Sodoma y Gomorra en el fuego de la marginación, el juicio y la condena. Perece nuestra sociedad de consumo. Solo tú puedes convertir nuestro corazón y salvarnos.

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.

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