18 de julio
Jueves XV
EX 3, 14 Soy el que soy
Eres el que eres. Soy en ti. El universo entero está lleno de tu ser. Soy polvo de las estrellas que has creado, de las estrellas de la alianza que has sellado para siempre con la humanidad en Abrahán, tu siervo, en Isaac, tu amigo, en Jacob, tu consagrado, soy tu ser, ser redimido en Cristo, vencedor de la muerte, que me ha introducido en tu vida admirable. Gracias, señor de cielo y tierra, ser de mi ser.
Soy tu ser, un polvo de estrellas,
desierto ardiente, un mar de lágrimas,
rendición absoluta a tu ser ser
fuente del consuelo. Piedad sincera.
No tienes que dar más explicaciones, eres visible en todo lo creado, más aún en tus hijos.
Siempre te palpo y doy gracias por tus maravillas, también las que realizas en mí dándome todo tu amor y valor en las vicisitudes de la vida. Mi corazón te bendecirá siempre, Señor, de cielo y tierra.
Me has regalado un sonido nuevo, sutil y poderoso: partículas de arena que al volar pronuncian tu nombre
Eres el que eres. Eres el aire, la luz, la belleza. Eres el amigo, el padre, el hermano. Eres la voz, el sonido, la palabra. Eres el amor, la paz, la justicia. Eres el de siempre, el infinito. Eres misericordia.
Eres mi Dios al que alabo, al que me entrego y me abandono. Eres mi guía. Eres el camino, la verdad y la vida. Eres mi vida, aquí estoy para ser lo que tu quieres que sea.