17 de junio
Martes XI
Mt5, 43-48 Hace salir el sol sobre malos y buenos, manda la lluvia a justo e injustos
Así eres tú, Señor, y así te ofreces esta mañana para nuestra contemplación, para que mirándonos en ti veamos, en espejo, a lo que somos llamados. Bondad y maldad, justicia e injusticia están claras, pero no impiden que a todos te ofrezcas como luz y bendición, que a todos llegue la profunda muestra de tu ser don. Ser don para todos, no discriminar en la entrega, es más, dar la via por los pecadores.
Así eres tú, Señor, y así quieres que sea yo. Quieres que ame al que no me ama, que perdone al que me ofende, que rece por los que no me quieren… Quieres que sea como tú que nos mandas cada día el sol, la lluvia, el aire a todos sin mirar nuestras acciones.
Si ya es difícil perdonar a mis enemigos, tú me pides que les ame y que rece por ellos. Hoy, esta mañana, te pido ayuda, quiero ser digno hijo tuyo, pero sin tu ayuda nada puedo, aunque comprendo que si solo amo a los que me aman no hago nada extraordinario, y yo, Señor, quiero ser extraordinaria hija tuya.