10 de abril
Jueves V de cuaresma
Gn 17, 3-9 Te haré crecer sin medida
Esta es la promesa que se cumple cada día, pues tu gracia vale más que la vida. En mi debilidad me haces fuerte; en la pequeñez, grande; en la limitación, horizonte infinito; en la oscuridad, un mar de estrellas; en el aprieto me das anchura; ensanchas el espacio de mi tienda; aunque camine por cañadas oscuras nada temo, pues tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan. Si estás conmigo, ¿quién contra mí?¿Quién me hará temblar? Tan increíble como cierto: me haces crecer sin medida, cada vez soy más pequeño, hasta que desaparezca para siempre en Ti. Y no quede rastro de mi huella.
Desde siempre nos vas guiando.
Tengo plena confianza en tus caminos, me dejo llevar por tus sendas. Tú eres mi fortaleza. Condúceme siempre hacía Ti.
Deja que te busque en lo escondido
como hizo mi abuelo
y aprendió mi padre
Y que en lo escondido mis hijos te busquen
sin perderse
y sin pararse
Para que en lo escondido sepamos escucharte
cortejarte
y acompañarte