30 de enero
Sábado III
Mc 4, 35-41 Silencio, cállate
Increpas al viento. Increpas a los vientos que me desaíran de ti, que me arrebatan de ser tuyo, de ser mecido por tu espíritu y no por mis huracanes. Hazme brisa tranquila en tus manos, Señor, ser en ti. Deja que me invada tu silencio, que calle tanta palabra vana, que solo diga para proclamar tu misericordia, tu año de gracia, para anunciar a toda la tierra tu evangelio. Por tu misericordia, Señor
Dime el por qué del viento
y si el mar ruge por mi causa
Dime por qué duermes
y no te oigo
ni te siento
ni te escucho
ni te olvido