15 de enero
Jueves I semana
Mc 1, 40-45 Si quieres puedes limpiarme
Señor, tú sabes todo, tú sabes que te quiero. Por eso si quieres, puedes limpiarme, renovarme, recrearme, dejarme como recién nacido en los brazos de la aurora, mecido por el sol de tus estrellas. Limpia mi piel, limpia mi mente, limpia mi corazón, mi voluntad, mis oídos, mis ojos, mis manos, todo mi ser. Purifícame por la fuerza de tu misericordia.
Hoy te juegas la salvación
«Si quieres puedes limpiarme». Limpiarme de mis pequeñeces, de mis miedos, limpiarme de mis negaciones, de mis vueltas de espalda, de mis pasos de largo, de mis cegueras, limpiarme de mis envidias y mis soberbias… Limpiarme, Señor, ante tu amor y tu misericordia me siento sucia. Limpia mis manos, mi boca, mis ojos, para que todo lo que haga esté lleno de tu luz.
Tú quieres…