21 de septiembre
San Mateo
Mt 9, 9-13 Sígueme
Escucharte. Levantarme y seguirte. Cada día. Desinstalarme. Dejar que entres en mi vida de la forma más inesperada, que me llames una vez más, que no me des tiempo a pensar la respuesta, sino a vivir la entrega contigo. Seguirte, Señor. Que en ti lo encuentre todo, lo espere todo, y sepa preferirte sobre todas las cosas. Hoy y siempre. Con la ayuda de tu gracia.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
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Sígueme, dijiste cuando apenas comenzaba a mirar la vida de frente
Sígueme, repetiste al comprobar que me había olvidado
¡Sigueme! gritaste cansado de tanto juego: no voy a parar hasta que me escuches.
Y aquí estoy, que no por obediencia sino por aburrimiento
¡¡Señor, es mi gran anhelo seguirte siempre!!
Sé que debo tener una disposición interior lista y atenta a lo que me digas, ¡¡Lo deseo!!
¡¡Gracias Señor por contar conmigo!!
Con pocos años la persona cree saber lo que debe hacer en la vida.
Con varias décadas más y ante la irreversibilidad de la misma sólo resta aceptar las vicisitudes que nos depare.
¿Y después?
Dios está al principio, en medio y al final de la vida.