30 de septiembre
Sábado XXVI
Lc 10, 13-16 Quien os rechaza, a mí me rechaza
Al leer esta frase recuerdo a todos los cristianos que son perseguidos por causa de su fe, por practicar la caridad, por dar testimonio de la esperanza. En tantos países de nuestro mundo no hay libertad religiosa. En muchos lugares donde hay libertad religiosa los cristianos resultan incómodos para el poder establecido, y son perseguidos, y muchas veces alcanzan la corona del martirio. En nuestras sociedades se quiere reducir el acto de creer a algo personal, sin repercusiones sociales…Se sigue rechazándote, Señor.
El mundo gira sin rumbo cuando te ignora, se ve con que maldad quieren quitar tus signos externos, pero nunca podremos dejar de verte en todos y cada uno de los acontecimientos de nuestras vidas.
Yo sé que sin Ti, nada es igual, que dentro de mi comunidad vivo mi fe, que doy siempre razones de tenerte como camino, depositando mi vida y mi confianza en Ti
¡¡Señor, estamos ciegos si queremos rechazar tú presencia de nuestras vidas, tu Omnipresencia, no la borra nadie!!