7 de noviembre
Lunes XXXII
Sab 1, 1-7 Los razonamientos retorcidos alejan del Señor
Me alejo de ti, Señor, con las complicaciones en las que me enredo, en el laberinto de mis pensamientos y justificaciones, cada vez que me alejo de la sencillez, en la turbiedad de mi mente, cuando me aparto de la pobreza de espíritu y de la limpieza de corazón. Deja que mi pensamiento se serene en Ti, se acune a la luz de tu verdad, se haga transparente por la claridad de tu presencia.
¡¡Qué razón tienes Nano!!
Mientra más vueltas le doy a las cosas, más negras las veo. Cuando deposito todo en las manos de Dios, me entra paz, aunque siga con el problema.¡¡La paz verdadera la das solo tu Señor!!