7 de julio
Martes XIV
Gn 32, 22-32 He visto a Dios cara a cara y he quedado vivo
No te veo pero te se. Más allá de todo sentido, estás en mí y yo en ti soy criatura tuya. Desde siempre y por siempre, tú eres Dios. En la suave claridad que va despertando estos días de verano. En la tenue oscuridad con que se va a acostando la luz de este tiempo tan lleno de ella. En todo momento te muestras, aunque no te vea. Porque te sé y me se tuyo.
Yo cuando leo éste pasaje de la Escritura, pienso que somos unos afortunados, Dios se nos manifiesta continuamente, ahora yo intento de estar atenta. Es palpable su presencia en las personas que me rodean sobretodo en los más desfavorecidos. Para ser coherente Dios tiene miles de rostros dolientes que muchas veces ignoramos por dejadez. ¡Ayúdame Señor a no cerrar mi corazón a tu Luz!!