6 de junio
Lunes X
Mt 5, 1-12 Dichosos los pobres de espíritu
Aparecen tus bienaventuranzas, que me recuerdan el origen de la dicha, la fuente del gozo y de la felicidad en mi vida, que ponen la atención en tu palabra, tan rompedora, tan paradójica, tan singular. Ahí, ahora mismo, estás indicándome el camino que he de seguir, tu voluntad: dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Ya aquí, disfrutan de la claridad de tu gloria, y nada temen. Alcánzame la gracia de esta pobreza.
En estos tiempos tan confusos ,necesitamos Señor, que nos des sensatez, sabiduría ,y prudencia para vivir y sentir como tu quieres.Tu eres La Paz ,y mientras el mundo no cuente contigo no la tendremos.El amor vence al odio,y La Paz a la guerra.
La vida asusta,
y como niños
corremos y lloramos
Dichoso aquel cuyos labios rocen la ternura