25 de febrero
Jueves II de cuaresma
Lc 16, 19-31 hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas
Las llagas de la humanidad. Tan lacerantes. Tan terribles, tan desconocidas para mi, que vivo entre los privilegiados del mundo. Conviérteme, Señor, ríndeme y conviérteme al evangelio, hazme misionero de tu misericordia.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
Lee todas las entradas de Nano SM
Lc 16, 19-31.
«… ten compasión de mí y envía a Lázaro para que moje en agua la yema de su dedo y refresque mi lengua…»
Para saciar la sed de Tu ausencia, Señor.
Aunque a lo largo de la vida, tantas veces te hemos evitado, Señor, eludido y olvidado: una gota de agua para seguir esperando tu misericordia divina.
¿Alguna vez el corazón del mundo latió junto al corazón de Dios?