18 de enero
Sábado I
Mc 2,13-17 …sino a los pecadores
Nos has venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Como Mateo, que escuchando tu llamada se levanta inmediatamente y te sigue. Sin dilación. Ese es el consuelo: que hay más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que se consideran justos. Esa es mi alegría, Señor, que siendo pecador recibo tu visita, tu llamada y tu salvación. Convierte mi corazón hacia ti.
En tu regazo me acuesto y en tu recuerdo me levanto
No es suficiente, lo sé
¿Pero cómo responder con palabras al secreto de la vida?
¿cómo buscarte sino viviéndote?
Haz que disminuyan mis deseos y aumenten los tuyos:
que nadie me vea, pero te miren
que nunca me oigan, pero te escuchen
que apenas me mueva, pero te sientan
Para que no haya más pregunta que mi vida en la tuya
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