19 de octubre
Miércoles XXIX
Rm 6, 12-18 Que el pecado no siga dominando vuestro cuerpo
…ni seáis súbditos de los deseos del cuerpo. Lo primero que llega a mis ojos al acercarme hoy a tu Palabra, Señor, es esta frase de Pablo. Ante mis ojos está presente mi pecado, reconozco mi culpa. El cuerpo y el deseo luchando contra el templo del Espíritu en el que me has convertido. Misericordia, Señor, por tu bondad.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
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Señor, reconozco mis debilidades, mis flaquezas, mis faltas de amor.Sé que sin tu gracia y misericordia, no sigo el Camino, te pido fortaleza y luz para
seguir purificando mi alma. Confio en tu divina misericordia y acudo a Ella.
Cuerpo ardiente y mente turbia. Llega el deseo y lo invade todo nublando el corazón. Perderlo todo para renacer de nuevo, perder la vida y ganar la eternidad. Corazón blanco y mirada limpia.