Corpus

6 de junio
Cuerpo y  Sangre de Cristo

1 Co 11, 23-26 Cada vez que coméis de este pan…

…y  bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte Señor. Cada día podemos repetir esta frase después de la consagración, conscientes de que éste es el sacramento de nuestra fe. Recibir tu cuerpo, Señor, y unirme a ti, a tu pascua, a tu entregar la vida por amor. Recibir tu cuerpo, Señor, y  no vivir ya para  mí mismo, sino para ti.

Limosna de viuda

5 de junio
Sábado IX

Mc 12, 38-44 Se acercó una viuda pobre y echó dos reales

Toda la riqueza en esos dos reales. La mayor generosidad, la mayor entrega, la mayor radicalidad en el dar. Porque la pobre viuda da lo que es necesario para vivir, se ha desprendido sin guardarse nada para ella, poniendo toda su existencia en tus manos. ¿De qué tendría que desprenderme para hacer lo que hizo la viuda?

Escritura

4 de junio
Viernes IX

2Tim 3, 10-17 Toda Escritura, inspirada por Dios…

…es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud. Dame, Señor, amor a tu la Escritura. Que guarde tu palabra en mi corazón y la encarne. Que se haga vida en mí y de la vida que procede de ti. Que rumie tu palabra y la transmita. Que escuche tu Palabra y la cumpla. Como hizo María.

Memoria histórica

3 de junio
Jueves IX

2, Tim 2, 8-15 Haz memoria de Jesucristo, resucitado de entre los muertos

¿Cómo no hacer memoria de ti, Señor, si cada instante de mi vida recibe la vida de ti, si pasas por mi vida mil gracias derramando, si dejas tu rastro marcado a fuego de amor en los acontecimientos más importantes de mi existencia en los que te digo que quiero ser todo tuyo, que necesito su gracias para serlo? Vivir en memoria tuya. Hacerte presente como don.

Acción de gracias

2 de junio
Miércoles IX

2Tim 1, 1-3.6-12 Doy gracias a Dios…

Antes de seguir leyendo este comentario puedo pensar porqué quiero darte hoy gracias, Señor. Muy personalmente por mis padres, que hoy cumplen cincuenta años de matrimonio. Bendíceles con los dones abundantes de tu amor.
Doy gracias a Dios porque en ocasiones como esta tenemos la oportunidad de reavivar en nosotros su don, el don de la vida que siempre recibimos de los que nos aman, nos crean y nos recrean cada día.

Cielo nuevo

1 de junio
Martes IX

2 Pe 3, 12-15.17-18 Nosotros esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva…

¿Qué novedad esperamos de este cielo nuevo y esta tierra nueva? Si estuviera en nuestras manos, ¿qué elegiríamos? Tú nos ofreces la autentica novedad, la novedad de tu Reino. La novedad de este lugar nuevo es que en él habitará la justicia. Una justicia llena de misericordia, una justicia que construye la paz, una justicia que sustenta el amor. Hzno s participar, Señor, de la novedad de tu justicia, de tu reino.

La Visitación

31 de mayo
La Visitación de Nuestra Señora

Lc 1. 36-59 Proclama mi alma la grandeza del Señor

Terminar este mes de mayo con el Magníficat, el canto de alabanza de María, toda tuya, toda llena de Ti. Hacer mías esas palabras, unirme a su acción de gracias. Porque verdaderamente, Señor, haces obras buenas y bellas con tus manos, especialmente en la bienaventurada Virgen María. De ella, a lo largo de este mes, hemos tenido la oportunidad de recibir más entrañablemente a Jesús.

Trinidad

30 de mayo
La Santísima Trinidad
Jn 16, 12-15 Os guiará hasta la verdad plena

El Espíritu es que nos guiará hasta la verdad plena, el que nos introducirá en la comunión de amor del Padre y del Hijo, comunión que es vida unida, verdad única, comunión compartida. El Espíritu que nos une a Dios Padre, Creador y a su Hijo, Redentor. En la fiesta de la Trinidad, el misterio se abre a la sencillez del amor.

Tú eres mi Dios

29 de mayo
Sábado VIII

Salmo 62 Tú eres mi Dios

Decir en sábado, en el mes de mayo, con los labios de María, este salmo que normalmente rezamos los domingos y las grandes fiestas. Decirlo consciente, saboreando de corazón cada frase, cada palabra, cada verdad que se hace deseo: tú eres mi Dios, mi alma  está sedienta de ti, mi carne tiene ansia de ti, tu gracia vale más que la vida, toda mi vida te bendeciré.

 

Casa de oración

28 de mayo
Viernes VIII

Mc 11, 11-25 Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos

Tu casa, Señor, tu cuerpo, tu Iglesia, lugar de encuentro y de reunión. Encuentro contigo en la oración, reunión de la humanidad, de todos los pueblos y culturas, congregada en asamblea santa. Tu casa, Señor, abierta a todos para que todos lleguen hasta Ti. Tu casa acogedora, donde todo el que llega venga de donde venga, es bien recibido. Así tu casa Señor, que también somos en nosotros, pues tú nos habitas.