Vida VI

25 de marzo
La Anunciación del Señor
Lc 1, 26-38 El Señor está contigo

Por eso alégrate; por eso estás llena de gracia; por eso no temas; por eso concebirás; por eso el espíritu del Señor vendrá sobre Ti; por eso la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso serás fecunda; por eso guardarás todo en tu corazón; por eso una espada de dolor te traspasará el corazón. En la fecundidad de María, desde la Anunciación hasta el pié de la cruz, te recibimos a ti, Señor, que estás con nosotros.

Vida V

24 de marzo
Jueves II cuaresma
Lc 16, 19-31 Hasta los perros se le acercaban para lamerle las llagas

Ante la imagen del pobre Lázaro trato de traer ante ti, Señor, la imagen de algún pobre concreto que haya visto en la última semana. Desarraigados de la vida. Me hago consciente de mi riqueza, como la de Epulón, de la riqueza que supone tener la vida enraizada en Ti. Hecha la comparación, ¿qué me queda por hacer?

Vida IV

23 de marzo
Miércoles II cuaresma
Dt 7, 6.8-9 Por puro amor vuestro

Al llegar siempre a esta frase, que describe la verdad de tu relación conmigo, haces que se me hinche el corazón, me envuelves, me adentra en la realidad que me ofreces. Por puro amor me tienes en la palma de tu mano, por puro amor no abandonas la obra de tus manos, por puro amor me liberas y me rescatas de las garras del abismo, por puro amor mantienes con fidelidad tu alianza y me meces en el deseo de tu amor.

Vida III

22 de marzo
Martes II cuaresma

Mt 23, 1-12 El primero de vosotros que sea vuestro servidor

Así, Señor, has hecho tú: servirnos hasta dar la vida para que la tengamos en abundancia. Y si tú, a quien llamamos Maestro, te conviertes en servidor…¿cómo es que nosotros, servidores tuyos, queremos ser maestros, doctores, padres, consejeros importantes? Concédenos, Señor, vivir unidos a tu humildad, ocultos en ella, para transformar así nuestro mundo.

Vida II

21 de marzo
Lunes II cuaresma
Lc 6, 36-38 Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo

No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados; dad y se os dará.
Tu Palabra, Señor, llega hoy y me atrae con la fuerza del abismo, para que me zambulla en Ti, y tu la hagas posible en mi. Hazme así en Ti.

Vida I

20 de marzo
II domingo de cuaresma

Tim 1, 8-10 …según la fuerza de Dios

A esto nos invita tu palabra, a tomar parte en los duros trabajos del Evangelio según la fuerza que tú nos das, que fortalece nuestra debilidad. Tú nos llamas a evangelizar, a hacernos heraldos de la buena noticia, a dar testimonio de ella con nuestra vida…que tiene su origen en ti. No a nosotros, Señor, no a nosotros, si no a tu nombre da la gloria.

San José

19 de marzo
San José

Mt 1, 16.18-21.24 Jacob engendró a José, el esposo de María…

De la cual nació el Cristo. Y así siempre, entre asombrado y desconcertado, aparece José. En un segundo plano imprescindible. Manifestando el amor más allá de lo racional, de lo esperado, de lo establecido. Creando un clima de amor familiar, de respeto a lo inexplicable. José, contigo y con María, Señor; José haciéndote hombre.

Centinela

18 de marzo
Viernes I de cuaresma

Salmo 129 Mi alma aguarda al Señor más que el centinela la aurora

Así me imagino, Señor, como el centinela, después de un anoche de frío y viento, húmeda y desapacible, oscura y amenazadora…noche en vela con el deseo de que amanezca, de que rompa la aurora y con el clarear amanezca un nuevo día. Así  te ansío de noche, Señor, y mi espíritu te aguarda.

Orar II

17 de marzo
Jueves I cuaresma
Mt 7, 7-12 Pedid y se os dará

La petición que hago, Señor, es me concedas aquello que más necesito para amarte, para ser totalmente tuyo, para que tú te hagas en mí y no ceses de darme ti amor y el bálsamo de tu misericordia, que me hablan de tu fidelidad para siempre. Te pido lo que me des, Señor, para tu gloria.

Renuévame

16 de marzo
Miércoles I cuaresma

Salmo 50 Renuévame por dentro con espíritu firme

Esta petición del salmo cincuenta la hago hoy más mía, la lleno de mi deseo, Señor, renuévame por dentro con espíritu firme, en lo más dentro de mí con tu espíritu, que es roca y fortaleza, que me sostiene. Hazme de nuevo, que a pesar de mis años renazca en ti por tu fuerza, Señor, crea en mí un corazón puro.