Job VI

6 de octubre
San Bruno

Job42, 1-3.5-6.12-16 Te conocía solo de oídas, ahora te han visto mis ojos

Verme a la luz de tu mirada, Señor, en tu pupila reflejado. Viéndote en la oscuridad de mi vida comprender mi existencia en la claridad de la gloria que posees, a la que me llamas. Ahí estás, Señor, en la mirada de Job, después de despojarse de toda mirada. Después de abrir su ojo interior, en la desposesión y en el vacío, para que sólo tú fueses en él maravilla.

Témporas

5 de octubre
Témporas de petición y acción de gracias

Ex 8, 7-18 No digas: “por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas”

Parar conscientemente el día de hoy, Señor, para darte gracias por todo el bien recibido, que es todo, pues todo se transforma en bien por la fuerza de tu amor y el don de la fe. Reconocerte como artífice de mi existencia, de todo cuando existe. Alabarte, bendecirte, darte gracias. Y pedirte que aumentes en nosotros el don de la fe para seguir diciendo: “Tú eres Señor del universo”.

Job IV

4 de octubre
San Francisco de Asís

Job 19, 21-27 Yo sé que está vivo mi redentor

Confesión de fe desgarradora de Job: “Yo sé que está vivo mi Redentor, y que al final se alzará sobre el polvo. Después que me arranquen la piel, ya sin carne, veré a Dios; yo mismo lo veré, mis propios ojos lo verán. ¡Desfallezco de ansias en mi pecho!” En esas ansias existenciales, lleno de de amor del amado, vivo y muero unido a ti, Señor. Sin ojos te veo, sin oídos te escucho, das aliento a mi vida que sin ti es muerte, yermo y vacío.”

Job III

3 de octubre
Miércoles XXVI

Jb 9, 1-12.14-16 Si cruza junto a mi, no puedo verlo

Pasas rozándome, y no te siento. Así ante ti, Señor, desconcertado por tu cercanía que palpo mientras te escapas, presente, en lo más íntimo y profundo, sosteniendo todo mi ser, más allá de mi ser, en la eternidad vacía. Me abrazas y me estrechas y no te retengo, trato de comprenderte y eres más grande que mis pensamientos; experimento tu amor y sigo encerrado en mi egoísmo; por eso callo y en el silencio te adoro.

Job II

2 de octubre
Santos ángeles custodios

Job 3, 1-3.11-17.20-23 ¿Por qué al salir de vientre materno no morí?

Desesperación, vértigo existencial, aborreciendo de la vida, oscuridad permanente alejado de toda luz, muerte dominando la vida. Lamento de Job ante sus desgracias, lamentos de tantos contemporáneos nuestros, Señor, que viven en condiciones infrahumanas por nuestro egoísmo. Y ante estas situaciones lacerantes, el salmo responsorial. A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos.

Job I

1 de octubre
Santa Teresa del niño Jesús

Job 1, 6-22 Desnudo salí del vientre de mi madre, desnudo volveré a él

Conciencia absoluta de desnudez, de pobreza ante ti. Confianza desprendida. Libertad interior. Comenzamos la lectura continuada del libro de Job el día de santa Teresa del Niño Jesús, la pequeña florecilla, la niña del Carmelo. No tener nada sino la seguridad absoluta de que Tú eres el único Dios, Señor y creador de vida, que eres bueno con todos, cariñoso con todas tus criaturas.

Ricos

30 de septiembre
XXVI Domingo

St 5, 1-6 Vosotros, los ricos, llorad y lamentaos…

por las desgracias que os han tocado. Así nos dice tu Palabra, Señor, porque en nuestra riqueza hemos olvidado que solo se debe ser rico en misericordia y compasión, como tú. Porque las riquezas que favorecen los abismos de las desigualdades sociales están corrompidas por el egoísmo. En estos tiempos de crisis económica, Señor, enséñanos a compartir nuestros bienes, Señor.

Arcángeles

29 de septiembre
Santos Arcángeles

Salmo 137 Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor

Tañer para ti, Señor, en gratuidad y desde lo más profundo de mi ser: convertirme en alabanza de tu gloria, bendecirte, proclamar tu grandeza, cantar tus maravillas, por tu misericordia, por tu lealtad. Que todo mi ser se convierta en una llama de adoración desaparecida en el fuego de tu amor, que consume y no da pena.

Tiempos

28 de septiembre
Viernes XXV

Ecl 3, 1-11 Todo tiene su tiempo y sazón bajo el sol.

Tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de desechar; tiempo de callar, tiempo de hablar. Todo el tiempo está en ti como en una gavilla. ¿A qué viene querer dominar el tiempo, como si dominase todo lo creado? ¿En dónde nade mi arrogancia, mi creerme como Dios? Tú tienes calculadas mis horas, antes de que llegase la primera. Házmelo saber, Señor de la misericordia.

Vanidad

27 de septiembre
Jueves XXV

Ecl 1, 2-11 Vanidad de vanidades, todo es vanidad

Enorme es el principio de este libro lleno de sabiduría: vanidad de vanidades, todo es vanidad. Deja que esta Palabra resuene en mis adentros, con el diapasón de tu gracia abonándola en mi interior: vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué saca el hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? Todo es relativo, solo tú permaneces. ¿Entonces, Señor, a qué viene tanta vanidad vital?