Cerviz

14 de marzo
Jueves IV de cuaresma

Ex 32, 7-14 Dura cerviz

Y a pesar de la dulzura de tu mano extendida, que me bendice sin cesar desde que sale el sol hasta el ocaso, que aligera mi carga y hace suave y dulce el yugo que ciñe mi vida a lo real, a pesar de tu ternura que es bálsamo en mi fatiga, tengo dura la cerviz, me postro ante el novillo de metal, y adoro el becerro de oro, me cierro ante la carne del hermano que está solo y desamparado, no muero por paliar la injusticia tan manifiesta que infecta el mundo. Perdón, Señor, ten misericordia de mí.

03.14

Luz

13 de marzo
Miércoles IV de cuaresma

Is 49, 8-15 Venid a la luz

Salid, revestíos del cariño eterno que tengo a todas las criaturas, abandonad vuestra carne marchita, las tinieblas que os envuelven en un manto apolillado, venid a la luz que os ofrezco, que deslumbra sin dañar, que deja ciego para que puedas ver y contemplar, cómo nunca antes habías visto, como eres incapaz de soñar, mi clemencia y mi misericordia, la bondad de mis acciones. Ven a la luz, advierte la cercanía en la que pongo tu corazón maltrecho, lo restauro, lo bendigo, y lo llevo a pastar por caminos que aún ignoras.

03.13

Agua

12 de marzo
Martes IV de cuaresma

Ez 47, 1-9, 12 Manaba agua

Zabúlleme en las aguas de tu misericordia, refresca mi cuerpo herido, purifica las llagas de mi pecado, hazme atravesar hacia ti sin temor, sin naufragar en las ataduras de mi carne, llévame a las alturas del abismo hermoso y ciego, hazme descender hasta la muerte oscura, dame el ancla de tu luz, donde se enciende el cirio de la pascua eterna, que me incorporó en el bautismo. Tus aguas caudalosas anegan mi vida, sin que yo sepa cómo.

03.12

Mira

11 de marzo
Lunes IV de cuaresma

Is 65, 17-21 Mirad

Mira, hijo, mira, olvida mirar lo viejo de tu ser, lo caduco de tu vida, ábrete a la creación nueva que estoy realizando en ti, no te atores en el recuerdo del viejo pasado, no tiñas de oscuro los pensamientos al enfrentarte a tu pecado, salta de gozo y alegría perpetua ante lo que voy a crear en ti, donde se renueva la humanidad, todo la creación se abre a mi Espíritu consolador, donde tu carne se hace carne y se entrega por amor a la humanidad.

03.11

Gustad y ved

10 de marzo
IV domingo de cuaresma

Salmo 33 Gustad y ved qué bueno es el Señor

Te doy gracias, Señor, por tanto bien recibido, por tu bondad, por tu lealtad. Todos los poros de mi ser se sacian del sabor de tu hermosura, de tu belleza, de tu bondad, de tu verdad. Tu sabor es nuevo, delicioso, sabroso como los torrentes de manan sin cesar y transparentan las nieves derretidas de las alturas. Todo Tú te haces abrazo de misericordia, aroma de ternero cebado, de fiesta reconciliada. Olvidadas quedan las algarrobas de mi pecado, vuelvo a ti.

03.10

Oración del publicano

03.09

9 de marzo
Sábado III de cuaresma

Lc 18, 9-14 ¡Oh Dios!

Silencioso, con sencillez y humildad, como el publicano en el templo, me dirijo a ti, Señor:
“¡Oh Dios!, ten misericordia de este pecador”.
Y esta frase, que me brinda tu propia palabra, en la experiencia orante de un hombre que postra su ser ante ti, Señor, se convierte en mi rosario de súplica ante Ti, en el día de hoy.
“¡Oh Dios!, ten misericordia de este pecador”.

Escucha II

03.08

8 de marzo
Viernes III de cuaresma

Mc 12, 28-34 Escucha, Israel

Con el oído atento, desde ayer de una manera especial, a tu voz. Tu voz me dice: Escucha, El Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. Amarás al prójimo como a ti mismo.

En esto reside la sabiduría, la ley y los profetas. La teología y el derecho canónico se resumen en el amor que tú nos tienes, que nos pides como respuesta, que nos invitas a compartir. Gracias por el don de tu amor.

Escucha

03.07

7 de marzo
Jueves III de cuaresma

Jr 7, 23-28 Escuchad hoy mi voz

Estén mis oídos atentos a tu voz, Señor, esté mi corazón dispuesto a acoger tu Palabra, a hacerla sangre de mi sangre, vida de mi vida, voluntad de actuación. Todo mi ser abierto a tu rocío, todos mis poros receptivos, todas mis capacidades resueltas a acogerte, a ser penetrado por la espada de doble filo que es tu Palabra. Que escuche hoy tu voz, que no endurezca mi corazón. Tu voz que se manifiesta como el ser que es la vida verdadera, la vida en plenitud, la vida que da la vida a todo viviente. Tú eres el Señor, Dios mío, el único Dios. Te amaré.

Tan grande, tan cerca

03.06

6 de marzo
Miércoles III de cuaresma

Dt 4, 1.5-9 ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca?

Somos el más pequeño de los pueblos, al mismo tiempo la nación más grande, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, porque tú sostienes nuestra causa, porque en mi pobreza y en mi fragilidad se manifiesta tu grandeza, porque en la debilidad me haces fuerte. Y me hace fuerte tu cercanía, tu ser humano, tu caminar por la historia ofreciéndome la liberación en mi propia historia, la salvación de mi realidad. Bendita tu encarnación, Señor, por la que te has hecho Dios cercano, Dios con nosotros, Príncipe de la paz.

Pobres

03.05

5 de marzo
Martes III

Dn 3,25.34-43 En este momento somos el más pequeño de todos los pueblos

En este momento, Señor, somos pequeños y pobres, estamos confinados en los límites de nuestro desamparo, de nuestra fragilidad, de nuestra limitación. En estos momentos no tenemos ni jefes, ni príncipes, ni profetas; en estos momentos no tenemos nada de nada, y la pobreza nos oprime, la debilidad nos marea, la inconsistencia nos absorbe en el remolino de la desaparición. En estos momentos, en tantos momentos, no tenemos nada sino el todo de la confianza puesta en Ti. Trátanos según tu piedad, según tu gran misericordia.