Genealogía

17 de diciembre
Feria de Adviento

Mt 1, 1-17 Genealogía de Jesucristo

Una vez más, al escuchar esta lectura, me siento parte de tu nombre, Dios con nosotros, carne de tu carne, miembro de una humanidad asumida por ti. Me vistes de tu dignidad, me amas con ternura, como a cualquier ser humano, y por eso te doy gracias, y te bendigo, y me comprometo a no cerrarme a mi propia carne sino ofrecerte mi vida para que en nuestros días florezca tu justicia y tu paz abunde eternamente.

12.17

Vendrás

16 de diciembre
Lunes III de adviento

Nm 24, 2-7 Lo veo pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto

Así me tienes, Señor, entre la certeza, la inminencia y la promesa que solo se cumplirá cuanto te contemple cara a cara. Mientras tanto te veo en el hermano pobre y desamparado, y te contemplo en el que está marginado y deprimido. Tu Reino se me ofrece al alcance de la mano en el que tiene hambre, para que le de de comer, en el que tiene sed, para que le de el agua que mana de tu costado, para el que está enfermo y visito, desnudo y visto. Tu Reino, Señor, la buena noticia de la liberación. Heraldo tuyo soy, ahora, te vea o no te vea, te contemple o viva solo de tu promesa. Confío en ti.

12.16

Alegría I

15 de diciembre
III domingo de adviento

Is 35, 1-6.10 Se regocijarán, se alegrarán
“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría.” Evangelii Gaudium n.1

Hazme evangelio vivo tuyo desde la alegría sin fin, la que brota del amor que tú me das, del don que recibo de ti. Ven Señor, ven Salvador, Maranatha, ven Señor Jesús.

12.15

San Juan de la Cruz

14 de diciembre
San Juan de la Cruz

Salmo 79 Que brille tu rostro y nos salve

“Míos son los cielos y mía es la tierra; mías son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores; los ángeles son míos, y la Madre de Dios y todas las cosas son mías; y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí. Pues ¿qué pides y buscas, alma mía? Tuyo es todo esto, y todo es para ti. No te pongas en menos ni repares en meajas que se caen de la mesa de tu Padre.” San Juan de la Cruz, oración de un alma enamorada.

Que se haga en tu silencio y en mi nada esta verdad.

12.14

Bailar

13 de diciembre
Viernes II de adviento

Mt 11, 16-19 Hemos tocado la flauta y no habéis bailado

¿Por qué vivo sin vivir en mi sin vivir en ti? Si me enseñas para mi bien, ¿por qué no te hago caso, por qué no te sigo por el camino de la entrega sin límites? ¿Por qué no hago de tu ley mi gozo, por qué no la medito día y noche? Dejo mis porqués en el silencio, y me muero en la maravilla de tu amor.

12.13

Desierto fértil

12 de diciembre
Jueves II de adviento

Is 41, 13-20 Pondré en el desierto cedros, y acacias, y mirtos y olivos

Todo lo haces nuevo, todo lo haces fecundo, todo lo transformas, todo en ti y tú en todo, pues tú eres el creador de todo, el restaurador de todo, te manifiestas y todo alcanza en ti su plenitud. En tu abundancia desnuda soy.

12.12

Mi alivio

11 de diciembre
Miércoles II de adviento

Mt 11, 28-30 Yo os aliviaré

Venid a mí todos los que estáis casados y agobiados, y yo os aliviaré. Escucho tu Palabra, Señor, y me digo que tú perdonas todas mis culpas, curas todas mis enfermedades, rescatas mi vida de la fosa, me colmas de gracia y de ternura. Tu compasión y tu misericordia es un bálsamo que reconforta. Gracias, Señor, porque quien se acerca a ti encuentra el verdadero descanso en medio de las vicisitudes de la vida.

12.11

Consolad

10 de diciembre
Martes II de adviento

Is 40, 1-11 Consolad, consolad a mi pueblo

Consolad, consolad a mi pueblo, a eso llamas a tu Iglesia, a que sea consuelo de los afligidos y atribulados, de los marginados y empobrecidos, de los que buscan sin saber lo que buscan, de los hombres y mujeres de nuestro mundo que anhelan una buena noticia de salvación. Consolad con mi ternura y mi misericordia, consolad dando mi paz, consolad en mi nombre, pues no quiero que se pierda ni uno solo de estos pequeños.

12.10

Juan Diego

9 de diciembre
San Juan Diego de Cuachtlatoatzin

Is 35, 1-10 Viene en persona, no temáis

Sencillo, con capacidad de admirar y percibir tu presencia divina, que me llega a través de María. Sencillo como el indio Juan Diego querría ser, Señor, para acogerte cuando vengas en persona a visitar mi vida, a entrar en lo que es tuyo para hacerme de una vez por toda lo que soy, santo e irreprochable en ti por el amor. María, en la advocación de Guadalupe, me sigue dando un ejemplo de fe para acogerte. ¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?

12.09

Inmaculada

8 de diciembre
Inmaculada Concepción

Lc 1, 26-38 Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo

Maravilla, veinte siglos después, el saludo que le mandas a María a través de Gabriel. Maravilla que te fijes, Señor, en lo que no cuenta, una virgen sencilla, desposada con un varón justo, habitantes de los confines de la tierra, para manifestar tu amor a la humanidad. María, Virgen Inmaculada, te acoge en su seno. Te encarnas en ella y te haces hombre en una mujer a quien, generación tras generación, proclamamos dichosa por haber creído en tu Palabra.

12.08