15 de mayo
San Isidro Labrador
Salmo 137 Cuando te invoqué me escuchaste
Y sin invocarte me sigues escuchando cuando pongo mi vida ante ti, mi tiempo ante ti, mi anhelo ante ti, mis días y mis noches ante ti, mi existencia en tus manos, dándote gracias por todo y en todo momento, sin buscar otra cosa sino a ti. Así te diría San Isidro Labrador, en sus ratos de oración, que le trajeron tan abundante bendición. Así nos muestras, en tu santo, el camino que podemos seguir.
Irrumpes en nuestra celda soltando las cadenas y provocando un mar de libertad que arrastra y ensancha el horizonte. Cuando retrocedes dibujamos tu nombre en la arena y nos sentamos a esperar a que una nueva ola destruya definitivamente el castillo.