1 de marzo
Jueves I cuaresma
Mt 7, 7-12 Pedid y se os dará
Así pide la Reina Ester en la primera lectura: “Señor mío, único rey nuestro. Protégeme que estoy sola y no tengo otro defensor fuera de ti, pues yo misma me he expuesto al peligro…Atiende, Señor, muéstrate a nosotros en la tribulación…y a mí, que no tengo otro auxilio fuera de ti, protégeme tú, Señor, que lo sabes todo”
Esto es orar: amar, implorar, interceder, confiar, hablar contigo en lo profundo del ser.
¡¡Qué oración más sincera!!
Yo no deseo llegar al último día de mi vida para invocarte Señor.
Te lo pido diariamente, que tengas piedad y misericordia de mi.
Qué no me dejes caer en la tentación de olvidarte en ningún instante de mi vida, ya sean buenos o malos, sé que de todos ellos, Tú no sacas adelante.
Qué nunca desee el mal para nadie, aunque muchas veces pida justicia, por tantas aberraciones.
Qué nunca sienta que estoy sola, pues me he confiado a Ti.
A tientas te busco, sé que estás ahí, suplico, imploro. Tu presencia duele, la realidad quema, la espera mata. Deja que muera de nuevo