3 de febrero
Martes IV
Heb 12, 1-4 Fijos los ojos
Fijos los ojos en ti. Embelesado en tu rostro. Mirando con tu mirada. Mirado por ti para poder mirarte. La gracia en mí tus ojos imprimen, por eso pueden estar pendientes de tu persona que mueve y remueve mi vida. En tus manos, Señor, por tu misericordia, centra mi mirada en ti, que no olvide que tú eres el que inicias y completas mi fe, mi esperanza, mi caridad. Que te mire, Señor, crucificado, y no aparte la mirada de tu fuente de salvación.
Agradeciéndote Señor, que no dejes de poner tus ojos en mí, que me ayudes a verte en cada acción de mi día, necesitándote en toda mi jornada. ¡¡Gracias por el día de hoy, afianza mi fe!!
¡Cuánto ruido!
pensaba antes de escucharte
¡Cuánta gente!
gritaba antes de encontrarte