5 de febrero
Jueves IV
Mc 6, 7-30 nada más
Nada de nada. Es lo que pides para que te acompañe por el camino de la vida. La nada de mi ser. Que me haga nada. Que no lleve ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja, ni única túnica de repuesto. Que no llene la mochila de todo lo que creo ser, que es nada, polvo y viento, vanidad de vanidad. Que no caiga en la ilusión de que el tener me hace algo. Sin nada ante ti. Manos vacías. No alcanzo a tanto desprendimiento. Dame lo que necesite para ser nada, y no me des nada más.
Nada más… Solo un bastón. Un bastón para apoyarme, un bastón para descansar. Nada más quieres que lleve, la alforja vacía, sin pan ni túnica de repuesto, solamente mi yo, mis manos y mis pies libres de cualquier peso que me haga parar, que me obligue a sentarme y me impida seguir porque el peso cansa, paraliza y bloquea. Nada más que mi nada porque en tu presencia solo soy eso, nada… Eres tú quien me hace grande en el camino, en tu camino.
Hoy siento la invitación de Jesú, en la misión personal y comunitaria.Me pide que me fie plenamente de Él, no me hace falta nada más que tener plena confianza, sabiendo que viene a mi lado. ¡¡Tú me sustentas siempre Señor!!
Me envías a descubrir el universo de tus palabras