19 de mayo
Lunes V de Pascua
Jn 14, 21-26 Haremos morada en él
El Padre y tú en mi, por el don del Espíritu. El que me ama, y yo te amo, Señor, y quiero amarte más, guardará mi palabra, cosa que trato de hacer en el corazón y de vivir cada día, y mi Padre lo amará, sé que me amas y necesito darme, ponerme en tus manos, sin limitación, sin medida, con una confianza infinita, porque tú eres mi padre, y vendremos a él, ven ¿Señor Jesús! y haremos morada en él, tú en mí, yo en ti, para siempre.
¿Qué ha sucedido para que no encuentre morada sino en ti?
¿qué vi y oí aquella noche?
¿qué me dijiste que no olvido ni recuerdo?
Dile al espíritu que venga, que tengo prisa, que no te entiendo
que ilumine tus palabras
guíe mi camino
y acompañe tus sueños
Dile que sin él no puedo
aunque llene de besos las manos olvidadas
y vende corazones malheridos
Dile al fin, a tu Hijo y al Espíritu
que no hay horas sin su tiempo
ni vida sin su cortejo
ni poesía sin sus desvelos