23 de abril
Lunes III de Pascua
Jn 6, 22 Os lo aseguro, me buscáis
Te busco; Señor, y lo se. Y mis anhelos son retorteros de ausencias enamoradas. Te busco también cuando no se que te busco, cuando distraídamente me busco a mí, cuando te busco donde se que no te puedo encontrar. Te busco cuando ardo en deseos de vida y eternidad, cuando soy sencillo y humilde, o lo intento. Te busco, Seor, como la flecha busca la diana. Solo tengo que dejarme disparar por ti.
¡¡Qué dureza la tuya Señor, y tienes todos los motivos para ello!!
Viendo mi vida, revisando mis acciones, no puedo dejar de reconocer que no siempre doy la talla.
Aunque creo que te necesito siempre, en momentos determinados pierdo mi paz, empiezan las congojas, hasta que Tú me sales al encuentro, y cambias mis aspiraciones, las haces más divinas, reconfortas mi alma. ¡¡Perdón por los fallo, y gracias por bendiciones, que no son pocas!!