19 de abril
Martes santo
Jn 13, 21-33.36-38 Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar
Escucho tu palabra, Señor, y se que soy uno de los que te entregan, según mi conveniencia, cada día. Se que te amo y se que te entrego, y me quedo maravillado del amor que pones en mi, permanezco dolorido porque te entrego, entregándome a los poderes y criterios de este mundo tan alejado de tu Reino, de la Buena Noticia de salvación, que te lleva hasta la muerte. Mírame con ojos misericordiosos.
Señor, reconozco mis pecados.
Perdón, por no poner más de mi parte y ser una de las que te ayudan a sufrir.
Es verdad que deseo permanecer junto a Ti, expiar mis pecados y acompañarte en tu dolos.
Trataré de estar más unida en la oración y meditación de la Palabra que tanto me llena.
Cuántas veces Señor te negamos, te volvemos la espalda, te traicionamos, renunciamos a defenderte y huimos corriendo tras lo superfluo. Dame fuerzas para acompañarte siempre, para recogerme contigo, para darte –como María de Betania- nuestra mejor esencia.