27 de mayo
Viernes V de pascua
Jn 15, 12-17 Este es mi mandamiento:
que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.
Señor, siendo tú el que me has elegido, tú el que me llamas amigo, tú el que me has dado a conocer lo que has oído del Padre, tú el que me das la confianza para pedir al Padre en tu nombre, tú…
Si tú me dices hoy todo esto ¿como no voy a trabajar para dar fruto y que mi fruto dure?, ¿cómo no voy a amar a mi prójimo hasta dar la vida por él?.
Escucho, Señor, tu mandamiento y dar la vida por los demás será mi meta y mi trabajo. Hay muchas maneras de dar la vida. Dar la vida es regalar tiempo, sonrisas, apoyo, comprensión, ternura… Señor ayúdame a darme a los demás y a amar como tú me has amado.