22 de julio
María Magdalena
Jn 20, 1-2.11-18 María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro
Oscuro por el dolor, pero lleno de amor. Lleva en sus manos las aromas para embalsamar tu cuerpo. El mismo que ungió con la fragancia del perfume más caro, el perfume de nardos benditos, fruto de la ternura entrañable. El mismo cuerpo en enjugó con sus lágrimas arrepentidas por tanta vida vida estéril apartada de Ti. María va a un sepulcro y te encuentra, como siempre, dando vida, llamando. ¡María!
Hoy siento tu llamdo Señor, mas potente que nunca y ya no puedo ni quiero desentenderme…quiero, anhelo servirte a plenitud en cada día de mi vida, que mi trabajo, mi familia sean manifestación de tu presencia constante…deseo servirte, de poner a tu servicio los dones que tan generosamente me has dado y que por miedo, hasta ahora he tratado de acallar, limitándome a la superficie, convenciéndome a mi misma que era suficiente así…Hoy sentí tu llamadp y me has llenado de valor, porque te presté atención con todos mis sentidos…hoy decidí servirte con mi trabajo diario para construir, para educar, para amar…Gracias por tu incesante llamado al que al fin he atendido de corazón. Pido tus bendiciones para el camino que he de comenzar a transitar, no es fácil pero es sincero, es gratificante…