17 de septiembre
Martes XXIV
Lc 7, 11-17 No llores
En el llanto de la viuda de Naín, que acaba de perder a su hijo único, están las lágrimas de toda la humanidad escarnecida, especialmente de las madres que han perdido a sus hijos por la violencia de la guerra, de la droga, de la sinrazón. Gracias por todos los que con su dedicación, su ternura, su trabajo, su atención, se dedican a consolar a los que penan y lloran.