4 de marzo
Sábado después de cuaresma
Is 58, 9b-14 Cuando ofrezcas al hambriento y sacies el alama afligida
no me puedes dar más pistas esta semana, no puedes servir a dios y al dinero, una cosa de falta, vende todo lo que tienes, da el dinero a los pobres, y luego sígueme, muchos primeros serán últimos, déjate reconciliar con Dios y por Dios, elige la vida, ayuna practicando la misericordia, sacia el alma de los afligidos y dales de tu pan, entonces brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía… el señor te guiará siempre, hartará tu alma en tierra abrasada, dará vigor a tus huesos, serás como un huerto regado, como un manantial…
Señor de que tengo yo hambre? Tú sabes que muchas veces hay hambre a mi lado y ni me entero.Quiero mirar con tus ojos y estar dispuesta más en dar que en recibir.Se que contigo ni pasare más hambre ni tendré más sed.Tu eres mi centro.
Que solo tú seas el dueño de mi corazón:
que ninguna palabra se escape sin que tú la hayas pronunciado
que ningún movimiento se ejecute sin que tú lo hayas ordenado
que ningún pensamiento brote sin que tú lo hayas observado
Para que mi vida sea toda en el Amado