30 de junio
Domingo XIII
Gal5, 1.13-18 Para vivir en libertad, Cristo nos liberó
Nos has librado de la muerte y del pecado, nos has librado de nosotros mismos en nuestra propia finitud, nos has librado de toda limitación, de toda debilidad, pues tú te has hecho vida, purificación, donación, infinito, horizonte sin límite, fortaleza para nosotros, para aquél que dejándolo todo, y todo es nada, te sigue sin volver la vista atrás. Esa es, en Ti, la verdadera libertad. La que nos ofreces cada día.
Libre de mi esclavitud
fijos los ojos en tus manos
tu sierva soy
¡¡No nos pudistes amar más Señor!! Sabiendo que soy libre, quiero usar bien mi libertad, seguiré tus pasos con todas sus consecuencias.¡¡Vale la pena, la verdadera felicidad eres Tú!!