8 de noviembre
Domingo XXXII
Mc 12, 38-44 Ha echado todo lo que tenía para vivir
Dar algo; darte mi vida. Poseer algo; desposeerme por ti, para ti; entregarte lo necesario para vivir. Con una generosidad que no conozco; con una confianza que admiro. Dar hasta que duele el dar. Darte Señor, darte como tu me das, dar de lo que tú me das, dar sin reservas, sin condiciones, sin esperar nada a cambio. Todo lo recibimos gratis de Ti y nos llamas a darlo gratis.
«Ha echado todo lo que tenía para vivir»…
Ha echado su vida, todo lo que tiene para vivir. Lo que más nos cuesta dar, la vida, el tiempo, la sonrisa, la mano, el hombro… Eso cuesta y es todo lo que tenemos para vivir y nos lo tenemos que quitar de nosotros para darselo al que no tiene ni vida, ni tiempo, ni sonrisa ni hombro para llorar.
Ayudame, Señor, a dar lo que tú me das con creces, no a dar de lo que me sobra, sino a dar hasta que me duela porque nunca daré ni una pequeña parte de lo que tú me has dado.