28 de mayo
Miércoles VI de pascua
Hechos 17.15.22-18,1 Que a todos da la vida y el aliento
Muchos de desconocen, Señor, y no saben que viven envueltos en ti, que reciben de ti la vida, que son parte de tu aliento, que están bajo la luz de tu mirada misericordiosa. Te buscan y no te encuentran, aunque estás en el cielo y en la tierra, en el pobre más cercano. En ti vivimos, nos movemos y existimos, somos estirpe tuya. En ti nuestro origen y nuestra meta. Tan incomprensiblemente cierto como real.
Siento pena en mi corazón, creo que falta mucho en mi vida para darte a conocer.
Ellos, quizás esperan que te demos a conocer, con nuestra entrega, nuestro vivir cotidiano en Ti y por Ti.
Tan cerca y tan dentro que no puedo verte
tan fuerte y tan dulce que no puedo sentirte
tan conocido y tan oculto que no puedo pensarte
tan grande y tan hermoso que solo puedo callarme