14 de octubre
Jueves XXVIII
Ef 1, 1-10 Bendito sea Dios
Hermosísimo himno, que tantas veces rezo, que tantos ecos despiertan en mí, que me abisma en el misterio insondable de tu ser y tu llamada. Me has bendecido en la persona de Cristo, me has elegido antes de crear el mundo para ser santo e irreprochable en el amor, el tesoro de tu gracia ha sido un derroche en mi vida…Me desbordas, Señor, una vez más. Ábreme más a ti.
San Pablo lo dijo muy claro ¡¡Bendito sea Dios!!
Un himno que repito con un corazón agradecido y le digo. ¡¡Seas por siempre bendito mi buen Dios!! Por tú presencia viva en mi vida, por el valor que infundes en mi corazón, la confianza que me ayudas a no temer.
Gracias Luis, por ayudarnos a meditar la Palabra. Josefa