12 de diciembre
II miércoles de adviento
Is 40, 20-31 El da fuerza al cansado
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré, yo daré fuerza al cansado, acreciento el vigor de quien no tiene. Los que esperan en el Señor, nos dices hoy, renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse. Tú el Salvador, el Mesías, el Señor, me das piernas de gacela, me haces caminar por las alturas. Para dar una palabra de consuelo y de fortaleza, tu Palabra, a quien está cansado en el abismo de la muerte.
En tu regazo Señor me cobijo.
Ne das fuerzas y levantas mi ánimo, muchas veces marchito.
¡¡Gracias por se mi fortaleza!!
Hoy te vi en la mirada firme de quién no tiene nada y te vi huir en el gesto temeroso de quién todo lo tiene. Invades la ciudad iluminando el universo
Me hallo cansado de las multitudes modernas, me agobia el ruido, me desanima el secularismo, me asusta el abismo. Señor, renuévame. Espero de y en Tí.