8 de marzo
Viernes III de cuaresma
Mc 12, 28-34 Escucha, Israel
Con el oído atento, desde ayer de una manera especial, a tu voz. Tu voz me dice: Escucha, El Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. Amarás al prójimo como a ti mismo.
En esto reside la sabiduría, la ley y los profetas. La teología y el derecho canónico se resumen en el amor que tú nos tienes, que nos pides como respuesta, que nos invitas a compartir. Gracias por el don de tu amor.
Escúchame tú
Soy voz sonido vida
Para ser en ti
Saber estar atenta Señor a tu voz.
Ella, se va manifestando en el día a día.
En todo y cada uno de los acontecimientos de mi vida.
¡¡Quiero saber escucharla siempre y seguir tus caminos!!
Callar para escuchar
Amar para actuar
Vivir para servir
Y tú, Señor, me sigues diciendo que escuche. Ahora yo te quiero escuchar, necesito escucharte. Necesito llenarme de tu palabra, saber lo que quieres y lo que esperas de mí porque quiero amarte, seguirte, servirte con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente, con todo mi ser.
Amarte en los demás, servirte en los demás, seguirte en los demás. Escuchar y dar, escuchar para dar…
Hoy hago mío el comentario de Beatriz que acabo de leer. Gracias a todos los que compartimos oración en este rincón de la palabra.