24 de mayo
Viernes VII
Ecl 6, 15-17 Al amigo fiel tenlo por amigo, el que lo encuentra encuentra un tesoro
El libro de la sabiduría elogia al amigo. Y pienso en mi amigo, en ti, que estás pensando en mí, y me colmas con el don de tu amor y tu amistad. Un amigo fiel no tiene precio ni se puede pagar su valor; un amigo fiel es un talismán, el que teme a Dios lo alcanza; su camarada será como él. Tú en mi, yo en ti, por los siglos de los siglos. Amén.
Borracha estoy en tu amistad gozosa,
silenciosa nada que estremece el ser.
Me estrechas, me acaricias, tú me ahogas
en tu mar profundo, en ese abismo
de amor desmesurado, sin cadencia,
inabarcable por mis sentimientos.
Mi nada toda en ti, Señor de mi alma.
La amistad es una puerta abierta a la trascendencia
Por lo siglos de los siglos, amén.
Amigo fiel, amigo compañero, amigo hermano, amigo que da la mano, amigo que acompaña, amigo que enjuga las lágrimas, que comprende, que conoce, que te sujeta y te apoya, amigo que te escucha y te aconseja, que te espera y te acaricia. Amigo… sin precio, sin esperar nada a cambio. Un tesoro.
Y pienso en ti, y tú en mí, y pienso en darte las gracias por tu amistad gratuita.
Señor, mi amigo, gracias por la amistad dada y recibida.