25 de marzo
Domingo de Ramos
Fil 2, 6-11 No hizo alarde de su categoría de Dios
Al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, haciéndose pasar por uno de tantos. Y así se rebajó incluso hasta la muerte, y una muerte de cruz. Hoy entras triunfante en Jerusalén, a lomos de una borrica nos muestras el camino que nos invitas a seguir. El del despojamiento, el del último lugar, el de renunciar a la propia vida para cumplir la voluntad del Padre manifestar su gloria. Úneme a ti en tu pasión, Señor.
Padre
Me abandono a ti, igual que tú te abandonas en mí
lo acepto todo:
escarnio
humillación
violencia
con tal que tu voluntad sea más fuerte que la mía
Porque te amo