15 de julio
Sábado XIV
Mt 10, 24-33 Un discípulo no es más que su maestro
Y tú eres el maestro, que nos has lavado los pies, que has muerto en la cruz por amor, que nos has enseñado el sendero de la vida, el camino que conduce a la verdadera libertad. Para que ya no vivamos para nosotros mismos, sino para ti, que por nosotros has muerto y resucitado, has enviado al Espíritu Santo. Que tu Espíritu me invada y me haga en ti.
Señor,concédeme la gracia de desaparecer en ti.Quiero mirar con tu mirada de compasión y misericordia,te necesito.;que mis palabras sean eco de las tuyas,y que mi corazón ame con amor perfecto como tú quieres.
Jesús
bajó
amó
y vivió tanto
que nunca podremos superarlo
Mt 10, 24